martes, 17 de noviembre de 2015

SRI

Servicio de Rentas Internas


El Servicio de Rentas Internas (SRI) es un organismo autónomo de la República del Ecuador que nació el 2 de diciembre de 1997 basándose en los principios de justicia y equidad, como respuesta a la alta evasión tributaria, alimentada por la ausencia casi total de cultura tributaria. Desde su creación se ha destacado por ser una institución independiente en la definición de políticas y estrategias de gestión que han permitido que se maneje con equilibrio, transparencia y firmeza en la toma de decisiones, aplicando de manera transparente tanto sus políticas como la legislación tributaria.
Su Directora General actual es la Economista Ximena Amoroso Iñiguez
Durante las ultimas noches de los años se evidencia un enorme incremento en la recaudación de impuestos. Entre los años 2000 y 2006 la recaudación fue de 21.995 millones; mientras que en el período comprendido entre 2007 y 2013 la recaudación se triplicó, superando 60.000 millones de dólares. La cifra alcanzada por el SRI no se debe a reformas tributarias sino a la eficiencia en la gestión de la institución, a las mejoras e implementación de sistemas de alta tecnología, desarrollo de productos innovadores como la Facturación Electrónica, SRI móvil, servicios en línea, reducción de costos indirectos a la ciudadanía y el afianzamiento de la cultura tributaria, además del incremento significativo de contribuyentes.
¡Hacerle bien al país!, es el slogan que identifica a la institución y que ha sido desde 1997 el estandarte de la lucha continua contra la evasión y las malas prácticas tributarias, y de la búsqueda de la mejora continua en beneficio de los contribuyentes y del país.
Con la llegada de la Economista Ximena Amoroso Íñiguez, Directora General de la Institución, se está consolidando una eficiencia radical en todos los procesos de la administración tributaria, por medio de procesos tecnológicos que facilitan y permiten el acceso ágil y oportuno de la ciudadanía a los servicios que ofrece la institución.
Contribuir a la construcción de la ciudadanía fiscal, mediante la concientización, la promoción, la persuasión y la exigencia del cumplimiento de las obligaciones tributarias, en el marco de principios y valores, así como de la Constitución y la Ley para garantizar una efectiva recaudación destinada al fomento de la cohesión social.
Ser una institución que goza de confianza y reconocimiento social por hacerle bien al país. Hacer bien al país por nuestra transparencia, modernidad, cercanía y respeto a los derechos de los ciudadanos y contribuyentes. Hacer bien al país porque contamos con funcionarios competentes, honestos, comprometidos y motivados. Hacer bien al país por cumplir a cabalidad la gestión tributaria, disminuyendo significativamente la evasión, elusión y fraude fiscal. Cobertura Institucional.
Antes, se creía que la Cultura Tributaria se limitaba a educar a la población contribuyente, pues existía carencia de conocimiento de las normas tributarias y del destino de los impuestos, sin embargo, es necesario informar no solo a los contribuyentes sino educar a los niños que en un futuro no muy lejano serán también contribuyentes, porque la educación es el medio eficaz para desarrollar conciencia ciudadana y tributaria por su influencia en la formación de valores, en el desarrollo de actitudes, en la transmisión de conocimiento y en la promoción de comportamientos deseables para mejorar la calidad de vida de nuestra sociedad.
Actualmente es necesaria una cultura que destaque la conciencia sobre las responsabilidades ciudadanas, en especial aquellas que se orientan a mejorar los niveles de contribución para el financiamiento de la vida colectiva, una cultura que permita a los ciudadanos ver el cumplimiento de sus obligaciones como un deber sustantivo y como un aporte para la construcción de un país mejor, más justo y solidario.
La tarea que el SRI ha emprendido en este ámbito es gigantesca, pero gigantes también han sido los esfuerzos que se han desplegado en la búsqueda de este gran objetivo. La convergencia de políticas públicas del Ministerio de Educación y del Servicio de Rentas Internas desde el año 2000, ha sido fundamental para promover una cultura tributaria basada en el fortalecimiento de los valores humanos, con el ejercicio de principios éticos y cívicos, mediante la ejecución de los programas “Cultura Tributaria para la Educación Básica” para educación básica; y, “Educación en Cultura Tributaria”, para bachillerato, en que niñas, niños, adolescentes y maestros reciben de forma gratuita revistas de actividades, textos y material lúdico que garantizan el aprendizaje efectivo y ameno en materia tributaria.


Con estos antecedentes, los programas de cultura tributaria constituyen actividades de carácter permanente, lo cual ha permitido alcanzar los objetivos propuestos y desarrollar acciones de promoción y socialización en la comunidad educativa y sectores del entorno, además de la capacitación a estudiantes, maestros y ciudadanía de todas las provincias, tanto del régimen Costa como de los regímenes Sierra y Oriente.
La cultura tributaria no necesariamente es un tema de mediano o largo plazo. Es posible una cultura tributaria para hoy, es posible crearla sobre la sólida base de los valores y éstos no pueden ser los del pasado sino los de hoy y los del futuro, los propios de la sociedad: la transparencia, la honestidad, la racionalidad, la igualdad, la responsabilidad, la solidaridad. Valores de los ecuatorianos, valores que crean cultura.

¿Para qué sirven mis impuestos?

El desarrollo no es solo una palabra de moda, sino que implica una mejor calidad de vida para todos los ciudadanos y ciudadanas. Sin embargo, el desarrollo y todos sus objetivos primarios se logran únicamente apoyándose en una política económica sólida y basada en un modelo político y social. El desarrollo de un país implica generar crecimiento económico, estabilidad de precios que permitan alcanzar el bienestar económico, social e incluso cultural de la población. El bienestar se expresa en mejores condiciones de vida, una mejor distribución de la riqueza, inclusión y cohesión social, entre otros factores.
La política económica engloba diversas áreas, como la fiscal, la monetaria, la cambiaria, la financiera, la comercial y la social, que ha cobrado una importancia trascendental en el caso ecuatoriano, debido a la dolarización y a la política fiscal. Este conjunto de políticas son fundamentales, tanto para sostener al país dentro del círculo de la economía mundial como para articular el modelo de desarrollo interno, que en nuestro país se ha denominado modelo del Buen Vivir y cuyos principios se expresan en la Constitución.
Los objetivos del Plan del Buen Vivir buscan la igualdad, la inclusión y la equidad social y territorial, respetando la diversidad y mejorando la calidad de vida de todos los ecuatorianos, potencializando sus capacidades, construyendo espacios comunes para fortalecer la identidad nacional, consolidando la justicia, la seguridad y los derechos humanos, promoviendo a la vez la sostenibilidad ambiental, asegurando la soberanía territorial y productiva, impulsando el cambio de la matriz productiva, la paz y la integración con los países vecinos. Dentro de la planificación del desarrollo, según la constitución, se establecen las directrices de política que permitan alcanzar los objetivos del modelo de desarrollo instaurado, con políticas y estrategias encaminadas a cumplir con el Mandato Constitucional para que haya justicia social y para que prime el ser humano sobre los intereses de capital.
En cuanto a la política fiscal, sus componentes, es decir, los ingresos y los gastos configuran el Presupuesto del Estado, administrado por el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Finanzas, con la aprobación de la Asamblea Nacional en función de un acuerdo entre diversas fuerzas políticas y sociales del país.
En el caso del Ecuador, ese Presupuesto General es herramienta fundamental para alcanzar los objetivos del modelo de desarrollo y está cubierto en más de 50% por los ingresos tributarios (incluidos los impuestos recaudados por el Servicio Nacional de Aduana de Ecuador (SENAE) y además, por los ingresos petroleros. Esto significa que hay una mayor sostenibilidad de las finanzas públicas, para que el Gobierno promueva y dinamice el desarrollo nacional, permitiendo dejar de depender de los recursos no renovables, que evidentemente se agotarán en cualquier momento y que además contribuyen al deterioro del medio ambiente.






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